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PROYECTO EDUCATIVO

El Club El Vado, tiene un Proyecto educativo que se lleva a cabo en colaboración con los padres.Está centrado en la persona, con el fin de que desarrolle su capacidad para captar lo bueno y lo bello en todas las manifestaciones de la vida cotidiana, con afán de servir a la sociedad y hacer más agradables las relaciones humanas.

El objetivo es ayudarlas a mejorar personalmente a cada una en su carácter, en su estudio, en su formación humana, cultural y cristiana, despertar en ellas la actitud necesaria para orientar su vida en servicio a los demás y en solidaridad con todas las personas.

Nuestro proyecto educativo, centrado en la persona, abarca tres aspectos en los que incidimos:

Apertura a los demás y a la sociedad

  • Su apertura a los demás y a la sociedad comienza por aprender a convivir: Adquirir detalles de educación que hacen más agradables las relaciones humanas, Cultivar la virtud del orden y el espíritu de colaboración, ayuda y servicio a los otros, otras virtudes (lealtad, fortaleza, tolerancia, amistad, solidaridad y generosidad en el trato con los demás).
  • Uno de los ámbitos más importantes es la familia. Con este proyecto queremos facilitar que se implique en su vida familiar y facilite de este modo el desarrollo de un ambiente de servicio, cariñoso y alegre, entre padres y hermanos (poniendo por obra lo aprendido en las actividades que ofrecemos y sorprendiendo a los suyos los domingos en la comida en familia, ayudando en las tareas del hogar, participando activamente en los planes familiares, etc.). Que aprendan a llegar a los detalles, pensando en cada miembro de su familia, materializando el cariño a los suyos y dedicándoles parte de su tiempo.
  • Entre las actividades más importantes del Club destaca el estudio, con el objetivo de que adquieran facilidad para el esfuerzo continuado de las virtudes: laboriosidad, constancia y fortaleza. Se procura facilitarles una adecuada orientación escolar para mejorar su rendimiento académico y una acertada elección profesional. El estudio es un medio idóneo para el desarrollo de la personalidad y estimula múltiples competencias y valores humanos. La constancia, el valor del silencio, la concentración, el orden, la puntualidad, el terminar las tareas, el afán de superar las dificultades, etc., son claves para aprender a estudiar y conseguir hábitos de trabajo para el futuro. En esta actividad aprenden a priorizar metas, a organizar su tiempo, a controlar su esfuerzo y a rematar las tareas, consiguiendo resultados académicos satisfactorios.
  • En su apertura a la sociedad un aspecto importante en la formación de club es que aprendan a valorar a las personas por lo que son, que den generosamente de su tiempo atendiendo las necesidades de los demás, esto además de ayudarles a salir de sí mismas y valorar lo que tienen, aprenden a trabajar en equipo fomentando virtudes como la generosidad, la tolerancia y la lealtad, interesándose activamente por su entorno social con espíritu solidario.
  • Otro de nuestros objetivos es que conozcan y se integren activamente en el entorno con el que se relacionan: manifestaciones culturales, actividades deportivas, eventos sociales, etc. Que aprendan a contemplar y a apreciar la belleza en el arte, en la cultura y en la naturaleza, interesándose por el medio ambiente y actuando de forma responsable con el entorno.

Conocimiento de sí mismas

  • Que se conozcan a sí mismas, sus aptitudes y dificultades.
  • Que sean capaces de valorar las cosas, las personas y los acontecimientos que inciden e su vida (la familia, la felicidad, la transcendencia, el amor, el dolor, la sociedad, la naturaleza, etc.).
  • Cada niña tiene una monitora que le ayuda a descubrir sus virtudes y a mejorar sus defectos, dando lo mejor de sí mismas.
  • Siempre en colaboración con los padres que desempeñan una función muy importante en el Club, pues son los primeros educadores de sus hijos. Nos interesa cada una, con su peculiar modo de ser, con sus circunstancias familiares y académicas, con sus ilusiones, sus grandes o pequeños problemas, con su temperamento y aptitudes. Por eso la monitora las acompaña en su andadura por el Club, y es pieza clave en esa labor educativa. De esta forma, en un clima de diversión, libertad y confianza, a través de las tutorías, y los medios de formación, que varían según la edad, van descubriendo retos en su personalidad que empiezan a superar por sí mismas. Sobre todo a través de los campamentos que organiza el Club donde aprenden a convivir y a conocerse.

Potenciar sus cualidades y capacidades

  • Partiendo del conocimiento de sí mismas, se les inculca la mejora personal con el desarrollo de virtudes y valores y descubren que dando lo mejor de sí mismas y fortaleciéndose desde que son pequeñas, se encuentran mejor y son más libres porque han aprendido a escoger lo que vale la pena.
  • Además esto se complementa con las conferencias y cursos sobre cuestiones de educación familiar, específicas para padres, cenas- coloquios, cafés, excursiones. A lo largo del año, algunos actos reúnen de modo especial a las familias, como la fiesta de comienzo de curso, el triduo de Navidad, la romería familiar, la fiesta de fin de curso, etc.
  • A través de la figura de la monitora, que con experiencia, buena formación y generosidad, le ayuda a superarse en el estudio y en las virtudes humanas, siempre en colaboración con los padres, que continúan la labor de formación que se les da en el Club, de ahí la importancia de las reuniones que serán:
    • Cada vez que un padre o madre lo desee
    • Trimestral, para ver los objetivos fijados en la anterior reunión y plantear nuevas metas o problemas
    • Mensual, para contrastar, ver puntos de mejora y objetivos fijados

Formación cristiana

  • Apoyadas en las enseñanzas de San Josemaría quien se apoyaba en el desarrollo de la persona para poder llevar a Dios a todas partes, imitando el ejemplo de Jesucristo que es nuestro modelo en virtudes y don de sí mismo, les ayudamos a encontrar en su trato la fortaleza y constancia que necesitan.
  • La formación que reciben les ayuda a estar preparadas para dar respuesta libremente a las exigencias de su fe y estar en condiciones de asumir con libertad los retos que plantea la sociedad actual; les ayuda también a ser autónomas y con capacidad de iniciativa para influir en la sociedad y mejorarla.
  • Esta formación deberá estar apoyada en y desde la familia, pues la educación de la fe no es una mera enseñanza, sino la transmisión de un mensaje de vida.